viernes, 5 de mayo de 2017

Eterno es su Amor


Mientras caminaba, cuando ya estaba cerca de Damasco,
de repente una luz celestial lo envolvió con su resplandor:
cayó a tierra y oyó una voz que le decía:
«Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?» 
Dijo él: «¿Quién eres, Señor?». Respondió:
«Soy Jesús, a quién tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad, 
y allí se te dirá lo que tienes que hacer». (...)
Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías.
El Señor lo llamó en una visión: «Ananías».
Respondió él: «Aquí estoy, Señor». El Señor le dijo:
«Levántate y ve a la calle Recta, y pregunta en casa de Judas
por un tal Saulo de Tarso. Mira está orando. (...)
Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:
«Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino,
me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo».

Lecturas del día: (Hech 9, 1-20) (Sal 116, 1-2) (Jn 6, 42-50)

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