miércoles, 25 de enero de 2017

Grábame como sello en tu Corazón


«Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad;
me formé a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la ley de nuestros padres;
he servido a Dios con tanto celo como vosotros mostráis hoy.
Yo perseguí a muerte este Camino, encadenando y metiendo en la cárcel
a los hombres y mujeres, como pudieron atestiguar en favor mío
el sumo sacerdote y todo el consejo de los ancianos. (...)
Pero yendo de camino, cerca ya de Damasco, hacia mediodía,
de repente una gran luz del cielo me envolvió con su resplandor;
caí por tierra y oí una voz que me decía: "Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?"
Yo pregunté: "¿Quién eres, Señor?". Y me dijo:
"Yo soy Jesús el Nazareno a quien tú persigues" (...)
Yo pregunté: "¿Qué debo hacer, Señor?". El Señor me respondió:
"Levántate, continúa el camino hasta Damasco, 
y allí te dirán todo lo que está determinado que hagas".
Como yo no veía, cegado por el resplandor de aquella luz, 
mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco.
Un cierto Ananías, hombre piadoso, (...) vino a verme, se puso a mi lado y me dijo:
"Saúl, hermano, recobra la vista".
Inmediatamente recobré la vista y lo ví. (...)
Ahora, ¿qué te detiene? Levántate, recibe el bautismo
y lava tus pecados invocando su nombre».

Lecturas del día: (Hech 22, 3-16) (Sal 116, 1-2) (Mc 16, 15-18)
FIESTA DE LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO

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