lunes, 15 de agosto de 2016

No hay nadie bueno más que Dios


María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, 
a una ciudad de Judá, entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María,
saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!» (...)
María se quedó con ella unos tres meses y volvió a su casa.

Lecturas del día: (Ap 11, 19a; 12. 1-6a. 10ab) (Sal 44, 11-12. 16) (I Cor 15, 20-27) (Lc 1, 39-56)
SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

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